Esta semana les recomendamos el texto:
¡Oh! celestes bienaventurados a quienes ni los lánguidos cantos de esa sirena llamada lujuria, ni la sórdida riqueza, ni los fastuosos oropeles del honor vano moverían a dejar los siempre florecientes goces que en los arsenales de la naturaleza escoge la imaginación para encanto de las vivificadas almas.
Los goces de la imaginación – Orison Swett Marden
Las facultades imaginativas son alas con que nos remontamos rá- pidamente a la esfera de los inefables goces.