Papus


papus


GÉRARD ANACLET VICENT ENCAUSSE

1.865 – 1.916


Gérard Anaclet Vincent Encausse, el médico que fue conocido en los medios ocultistas con el seudónimo de Papus, nació el día 13 de julio de 1.865 en la Coruña, España, a las 7:00 horas de la mañana, siendo hijo de padre francés, el químico Louis Encausse, y madre española de origen gitano, la señora Irene Pérez. En 1.869 la familia Encausse vino a establecerse en París, en el barrio de Montmartre, donde Papus inició sus estudios, primero en el Colegio Rollin y más tarde, a los 17 años, en la Facultad de Medicina de París. Desde muy joven dedicó su tiempo libre al ocultismo. Mientras sus compañeros preferían ocuparse de los problemas políticos de Europa y en leer a todos los autores de la ciencia oficial, Papus pasaba las tardes en la Biblioteca Nacional de París, o en la Biblioteca del Arsenal, estudiando a los autores clásicos de la alquimia y de la cábala, tomando notas de los principales manuscritos tan celosamente guardados desde siglos en estas valiosas bibliotecas.

Papus dice haber sido iniciado por Henri Delaage en 1.882 en la Sociedad de los Filósofos Desconocidos, Orden que habría sido fundada en el siglo XVIII por Louis-Claude de Saint-Martin. Con 17 años de edad, el joven Papus pasó a destacarse en el seno de esta Sociedad por el deseo y la seriedad con que procuraba las llaves de la iniciación. Gérard Encausse obtuvo su nombre místico del libro «Nuctemeron» de Apolonio de Tyana. En este libro hay doce horas simbólicas análogas a los signos del Zodíaco, y a los doce trabajos de Hércules. Representan también los doce pasos de la Iniciación. «Papus» es el primer genio de la primera hora; es el Genio de la Medicina.

En 1.887, a los 22 años, escribiría su primera obra: El Ocultismo contemporáneo. Su Tratado Elemental de Ciencia Oculta, escrito al año siguiente, alcanzó una gran notoriedad en varios países y proporcionó a su autor cierto reconocimiento en los medios ocultistas parisinos. Fundó, en 1.889, el Grupo Independiente de Estudios Esotéricos (GIDEE), transformado más tarde en la Escuela Hermética, destinada a divulgar la espiritualidad y a combatir el materialismo. También editó las revistas L’Initiation y El Velo de Isis, órganos de divulgación del Ocultismo, planetas que giraban en torno al centro radiante de dinamismo que fue su creador Papus.

Trabajó como externo en los hospitales de París y nunca abandonó el ejercicio de la medicina. El 7 de julio de 1.894 defendió su tesis doctoral con el título «La anatomía fisiológica y sus divisiones», recibiendo el título de Doctor en Medicina cum laude, a los 29 años. Su obra posterior, Compendio de Fisiología Sintética, fue igualmente elogiada en los medios académicos. También fue nombrado Oficial de la Academia el 13 de julio de 1890 y Oficial de Instrucción Pública el 22 de junio de 1898.

Al defender su tesis, Papus confesó ser un aprendiz en el arte de curar, pues vislumbraba ya las posibilidades del Ocultismo. Como Paracelso, recorrió varios países de Europa estudiando todo tipo de medicina, la oficial, la de los curanderos, la homeopatía, aprendiendo algunos procedimientos desconocidos para la medicina oficial. Practicó la alopatía, la homeopatía y la hipnosis, realizando curas consideradas extraordinarias por sus biógrafos. En muchas ocasiones, para efectuar el diagnóstico, observaba en primer lugar el cuerpo astral del enfermo, y procedía a curarlo utilizando la fuerza vital-madre, fuente de equilibrio. De esta forma clasificaba las dolencias como siendo del cuerpo, del astral (alma) o del espíritu. Las dolencias del cuerpo (como fiebres, traumatismos, etc.) pueden, según Papus, ser curadas por la medicina de los contrarios; las dolencias del astral (como la tuberculosis o el cáncer), pueden ser tratadas por la homeopatía y el magnetismo; y las dolencias del espíritu (como la epilepsia, la histeria o la locura) pueden ser tratadas por la oración y por la magia, siempre que el mal no sea kármico (deuda espiritual a ser pagada por el enfermo). De esta forma Papus practicaba también la Medicina Oculta, curando a distancia, operando sobre la orina, la sangre o el cabello del enfermo. Cuentan que realizaba a veces diagnósticos insólitos según sus dones de clarividencia y clariaudiencia.

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