Esta semana les recomendamos el texto:
Os encontráis ante un ocultista, que no abriga otra pretensión sino la de haceros partícipes de -los humildes , conocimientos que ha podido adquirir en esta materia, el tema obligado de actualidad entre los sabios más famosos del mundo.
Vuestra atención será el mayor éxito a que puedo aspirar durante esta conferencia, y por ello os anticipo mis más sinceros agradecimientos.
El ocultismo, señores, ha llegado a considerarse como sinónimo de charlatanismo, porque al abrigo de ese término se esconden los ignorantes pretenciosos, las adivinas, las palmistas, las herbolarias y una falange interminable de vividores que, faltándoles el valor de emprender un trabajo honrado, se dedican a explotar a las masas. Encontraréis
entre ellos algunos que, impulsados por el hambre, son capaces de inventaros hasta una nueva genealogía, y hablan de Alquimia sin siquiera conocer el Termino. Otros se dan por astrólogos, y no pueden señalar en la bóveda celeste ni el lugar que ocupa la Luna.
El oro dice poseer el secreto de los Brahmanes; el otro tiene comunicación directa con Nuestro Señor Jesucristo. Hay entre ellos algunos tipos característicos, de melena sucia y levita verde, que denuncian al homeópata de aldea, sin titulo, con pretensiones de espiritista erudito.